
Clamart
Once legendarios
Este proyecto es un encuentro entre niños autistas y neurotípicos.
En la jerga futbolística, un "once de leyenda" es un equipo formado por jugadores de ensueño. Este es el reto al que se enfrenta la periodista y productora Caroline Delage, que acaba de producir un documental que pone de relieve el encuentro entre niños autistas y neurotípicos en el terreno de juego.
El legendario proyecto de los once
El proyecto Legendary eleven se puso en marcha a finales de 2021.
Durante 6 meses la Fundación PSG y la Fundación Decathlon apoyaron a niños de 9 a 11 años con entrenamientos de fútbol todos los miércoles. Todas las sesiones de entrenamiento eran gratuitas y estaban supervisadas por especialistas.
El fútbol, y el deporte en general, es una verdadera herramienta de inclusión social, que permite a estos niños conocerse, comprenderse y compartir momentos de la vida.


¿Por qué decidió implicarse en este proyecto?
Quise implicarme porque mi principal objetivo siempre ha sido acompañar y apoyar proyectos llenos de valores humanos. Cuando Caroline, de la productora AuTableau, vino a presentarme el proyecto y me preguntó si nos interesaría colaborar con el colectivo Decathlon Aquaboulevard, me pareció lo más obvio.
¿Cuál fue su implicación en este proyecto?
Nos implicamos a través de 2 prismas:
-> La posibilidad de equipar a todo el equipo de Onze de Légende a un coste menor para darles un acceso más rápido a la práctica.
-> Organizar el apoyo humano estando presente en las sesiones de entrenamiento con los niños para que puedan practicar en las mejores condiciones posibles.
¿Qué recuerda de este proyecto? ¿Un recuerdo destacado?
Los impactos más impactantes fueron los momentos compartidos con los niños, en los que pudimos ver su placer al entrenarse o descubrir juntos este deporte. Al fin y al cabo, este proyecto demuestra que el deporte une a todos, en todas las condiciones, para lograr un único objetivo común: ¡divertirse y poner una sonrisa en la cara de todos los niños que participan en el proyecto!
Uno de mis recuerdos más vívidos es ver a un grupo de niños jugando juntos sobre la marcha, pasando de una fase de observación a otra de acción y ¡tomando la iniciativa!

Antoine
Director de tienda, París Aquaboulevard

Nicolas
Antiguo empleado de Decathlon en la tienda Aquaboulevard de París
¿Por qué decidió participar en este proyecto?
Decidí participar en este proyecto porque Antoine me pidió inicialmente que formara parte de él. Me apasiona el fútbol y el hecho de que fuera un proyecto centrado en la inclusión de niños discapacitados tenía sentido. Ya había organizado un campeonato regional de natación para personas con discapacidades motoras y mentales durante mi diploma BTS Técnico-comercial, y me gustó mucho el proyecto.
Mi implicación con Antoine y los demás fue participar en las sesiones de entrenamiento de los miércoles por la mañana con la fundación PSG. Nos encargábamos de acompañar a los niños y ayudarles durante los ejercicios. A menudo nos ponían con los niños más difíciles para ayudarles a concentrarse y a realizar el entrenamiento.
¿Qué recuerda de este proyecto? ¿Un recuerdo destacado?
Lo que guardo de este proyecto es la benevolencia compartida de todo el personal de apoyo / periodistas / personal de producción, etc. Todos estábamos centrados en el bienestar de los niños y en el éxito de este maravilloso proyecto. Todos estábamos centrados en el bienestar de los niños y en el éxito de este maravilloso proyecto. Todos estábamos centrados en el bienestar de los niños y en el éxito de este maravilloso proyecto. Durante 6 meses, vimos a los niños ayudarse y comprenderse. Con cada sesión, se sentían cada vez más cómodos los unos con los otros, y este apoyo mutuo me pareció realmente conmovedor. El tiempo que pasé con ellos fue maravilloso, y siempre me gustó reunirme con ellos los miércoles. También aprendí mucho de ellos, sobre las discapacidades de cada uno y las diferencias que les hacían tan fuertes. Había que escuchar sus necesidades y tener paciencia.
Mi recuerdo más vivo fue con el pequeño Émile, que había tenido una rabieta durante uno de los últimos entrenamientos, cuando no quería salir al campo e insistía en ponerse una camiseta de fútbol concreta. Antoine y yo nos tomamos nuestro tiempo para calmarle, escucharle para entender lo que le pasaba y ayudarle, porque era bastante violento, se hacía daño en la cabeza, etcétera. Pero después de pasar un rato a solas con él, conseguimos que Emile saliera al campo.